Como comunicador muchas personas me preguntan si tengo una rutina para escribir.
Y la verdad es que sí, pero no sucedió por casualidad.
Cuando entré a los últimos años de la educación primaria, comencé a levantarme a las 5 a.m. a estudiar. Por supuesto que no me gustaba, pero mi madre me obligaba porque mis calificaciones no eran nada satisfactorias.
Con el tiempo, asumí esa práctica como algo propio, y la he conservado hasta hoy. Definitivamente soy una morning person que tiene sus momentos de mayor creatividad y enfoque en las primeras horas del día.
No me cabe duda que identificar cuál es tu horario de mayor lucidez es indispensable para que construyas una rutina.
En mi podcast Comunicación Activa, he conversado con varios creativos, y todos coinciden en que la creatividad no es un asunto de musas ni de suerte, sino de disciplina. Y todas las disciplinas están sostenidas por los hábitos.
En fin, ¿qué hábitos debemos desarrollar como escritores o creadores de contenido? Aquí te digo los míos, tal vez coincidamos en algunos:
- Leer. Si quiero escribir bien y ganar vocabulario, debo leer mucho. Si tengo un cliente nuevo es necesario estudiar y leer sobre ese cliente, su empresa, y del tema con el que la agencia le presta servicios. Digamos, si es un planificador de bodas, debo empaparme de este tema para poder fluir al crear sus textos.
- Escribir. No voy a ser capaz de crear un contenido si no escribo. Aunque suene obvio o redundante, debo atreverme a escribir algunas líneas para poder ir creando y dejando que la creatividad fluya a través de mí.
- Quietud a mi alrededor. Me gusta escribir desde temprano, en la mañana me rinde más el tiempo. Es más fácil concentrarme si no hay ruidos fuertes o conversaciones muy altas a mi alrededor. Pero paradójicamente, funciono muy bien escribiendo en una cafetería o un parque. Cuando estoy tenso no fluyo igual.
- Una bebida. Si es temprano en la mañana prefiero un café. El agua no puede faltar en mi día a día, pero el café me llena de energía… y lo disfruto.
- Desconexión. Apago todas las notificaciones de mi celular —sin remordimiento—. Cuando me determino a escribir, separo ese tiempo para escribir, no para responder mensajes, revisar redes sociales, ver estados u otra cosa que consuma mi tiempo y enfoque. Cierro las demás ventanas del navegador y solo dejo las que pueda necesitar, algún diccionario, páginas del tema del que estoy escribiendo, etc.
Lo más importante que debes hacer para crear una rutina de escritura es escribir. El ejercicio metódico y calendarizado te permitirá descubrir tus mejores momentos, los mejores lugares y tus propios gustos como escritor.
Comienza hoy.