Las reuniones son necesarias para los equipos de trabajo y no importa si son virtuales o presenciales, cualquiera de ellas pueden ser aburridas o interesantes. Todo depende de cómo se conduzcan.
Yo tengo varios equipos de trabajo y con cada uno uso un sistema que me permite mantenerlos atentos y participativos, así el tema no sea muy dinámico. También soy muy ordenado en cuanto a mi tiempo en reuniones semanal con cada equipo de trabajo, nos programamos con tiempo y así somos más productivos en el tiempo en que estamos juntos.
Entonces, ¿cómo no aburrir a tu gente? Sigue leyendo…
- Conoce a tu audiencia. Sé que ya antes has leído esto en mis temas, pero es que es un tema importante. Conéctate con ellos fuera de las reuniones, háblales, escúchalos, no todos los días son la misma persona. Cómo se sienten ese día, llénate de lo que te dicen, de lo que ves en ellos, de cómo piensan. Cuando tú entras a la reunión conociendo cómo están las expectativas del equipo, cómo está el ambiente laboral, cómo se sienten ellos contigo y tú con ellos, vas a poder conectar con ellos de manera genuina. E inclusive podrás abordar algunos temas con ellos antes de entrarle a los puntos de la reunión.
- Interactúa con tu equipo. No llegues a una reunión a disparar preguntas, información o datos. Eso nos pasa mucho por el ritmo de trabajo, pero trata de no hacerlo, ya que mantendrás un ambiente pesado y aburrido. Cuando no interactúas con ellos no te permites conectar con el equipo a partir de escucharles. Si por el contrario, interactúas con ellos, y les permites decirte qué sienten, qué opinan, haces pausas para que ellos intervengan y te cuenten la interpretación que le dan a lo que tú estás diciendo, crece el nivel de empatía y sienten que estuvieron en una reunión de trabajo, pero que ganaron algo.
- Apóyate en el storytelling. No estoy hablando de que debemos contar una fábula, sino conectar al equipo con los porqués. Cuéntales por qué estás teniendo esa reunión, por qué esos resultados no te pareces satisfactorios, inclusive, cuéntales por qué los felicitas. Visiona con ellos, cuéntales hacia dónde quieren ir, cómo ves las cosas hacia el futuro. Diles por qué algún resultado o algún caso te afecta a ti o al equipo.
No te conviertas en un entregador de datos sino en un contador de historias para que se conecten con los porqués y con la visión que tú les estás dando.
¿Quieres aprender más? ¡Hablemos!